FÚTBOL BASE

jueves, 24 de noviembre de 2016

LIBRO LA VIDA DE MI EQUIPO

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La robótica futbolística ha ido imponiendo un fútbol de pura velocidad y mucha fuerza, que renuncia a la alegría, atrofia la fantasía y prohíbe la creatividad. Por suerte todavía aparece en el césped, aunque sea de vez en cuando, algún jugador descarado que se sale de la estricta táctica y comete el disparate de gambetear a quien le sale al paso.
Pocas cosas proporcionan tanto placer en el fútbol como marcar un gol, hacer un pase incisivo o dejar clavado a un contrario con un regate; sin embargo, los momentos más grandes para hinchas y jugadores se producen cuando algún futbolista destapa el tarro de las esencias y hace algo inesperado como un toque genial, un regate inteligente, un pase medido o un remate innovador.

LIBROS FÚTBOL PARA NIÑOS Y JÓVENES CUATRO EN UNO

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En esta ocasión, el estudio se centra en la edad que en nuestra sociedad supone el primer contacto del niño con el fútbol institucionalizado. Un contacto, que como bien reflejan los autores, cada vez se produce a menor edad. De ahí que sean necesarias y bien recibidas propuestas como las de estos libros, que sirven para dar luz sobre como debiera ser la entrada del niño al contexto futbolístico. No olvidemos que en este “bautismo” futbolístico el protagonista es el niño. No es un elemento más del fútbol. En el fútbol nos encontramos entre otros elementos con entrenadores, padres, balones, equipación deportiva, reglas de juego, terrenos de juego y como no, los niños. Pero el niño no es un aditivo más de todo este entramado, sino que es la piedra angular sobre la que se tienen que ir acoplando los otros componentes que conforman lo que llamamos contexto futbolístico.

LIBRO FÚTBOL JUEGOS PARA SU ENTRENAMIENTO

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Los niños afrontan sus primeras experiencias deportivas con mucho entusiasmo y una gran predisposición para el aprendizaje. Esta circunstancia es la que debemos aprovechar para que esta práctica deportiva sea una buena oportunidad formativa.
Los entrenadores de estos niños deben concienciarse de lo importante que es su labor como educadores y formarse también ellos para realizarla.
En el fútbol base actual, debido a la falta de medios, sobre todo económicos, es difícil contratar entrenadores con un nivel apropiado para realizar esta labor. Se recurre a entrenadores que, generalmente, son padres que han jugado a fútbol, jugadores de categorías superiores que no tienen todavía asimilado ese rol de entrenador o gente que ha jugado al fútbol bastantes años atrás.
Teniendo en cuenta que todas estas personas son necesarias y en muchos casos imprescindibles para que muchos clubes puedan funcionar, lo que pretendemos es que se formen y se dejen aconsejar por entrenadores con experiencia en estas tareas, con preparadores físicos y por psicólogos del deporte y que no basen todas sus enseñanzas en lo que hacían ellos cuando jugaban a fútbol o en el caso de jugadores jóvenes en activo, lo que están haciendo ellos en los entrenamientos, porque el nivel de aprendizaje y las cargas físicas son distintas y no puede hacer lo mismo un benjamín que un juvenil o
un jugador de categoría superior.


LIBRO ANÁLISIS Y LECTURA DE PARTIDOS

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¿Qué tipos de lecturas hay que hacer?

Lo primero a establecer es que es subjetiva, pues no todos vemos el mismo partido: recordemos que la percepción es relativa. Algunas personas ven el mismo vaso medio vacío y otras lo ven medio lleno. Las lecturas de juego se basan poco en variables para su análisis, aunque existen. Normalmente se utilizan instrumentos cuantitativos. El juego en todos los niveles cada vez se torna más complejo en todos los renglones. Antes el jugador, conducía libremente, levantaba la mirada, se acomodaba, levantaba la mirada, apuntaba, pasaba y esperaba a ver si el receptor le daba continuidad a la jugada; ahora, a lo mucho, se debe observar y percibir desde antes, tomar la decisión y actuar en consecuencia siguiendo el pase, sirviendo de apoyo o romper y desmarcar.

LIBRO DE LA ESTRATEGIA A LA TÁCTICA

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Estilo de juego. Modelo de juego característico de un técnico, club o comunidad (región, país o continente) debido a las ideas de juego y características de los jugadores que lo han representado en un periodo amplio de su historia.

LIBRO FÚTBOL 1380 JUEGOS GLOBALES

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En el entrenamiento moderno se utiliza el método global en donde se busca mejorar las acciones técnicas, tácticas, físicas y psicológicas mediante prácticas en contextos próximos a los del juego real, buscando la mejora simultánea de los factores de ejecución y decisión.
Dos son las opciones que metodológicamente a través de las cuales podemos favorecer el aprendizaje y perfeccionamiento de la técnica. La metodología analítica y la global.
En el entrenamiento tradicional se utilizaba el método analítico en donde se intentaba mejorar las acciones técnicas mediante una practica repetitiva, en contextos alejados al del juego real, desintegrando en parles la acción para reproducirla de forma aislada.

LIBRO: FÚTBOL INFANTIL

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Al hombre -tanto al niño como al mayor- le gusta jugar. Los juegos más interesantes y variados son al mismo tiempo muy exigentes respecto a las capacidades intelectuales y físicas. Este deseo lo satisfacen en buena medida los juegos colectivos con balones.
El balón como aparato lúdico se conoce ya desde hace mucho tiempo; los pueblos de la antigüedad, pero también los chinos, los egipcios y los romanos y más tarde nosotros, los húngaros. Se golpeó el balón de una manera u otra con las piernas. Primero se jugó con balones rellenados de pelos de animales y en la época moderna se utilizaron balones provistos de vejigas. Muchos gráficos, imágenes y dibujos de este tiempo se han mantenido intactos e informan sobre el juego con el balón. Antiguamente, la manera más corriente de jugar al balón era moverlo con manos y pies en plazas y calles, incluso de un pueblo a otro, para alcanzar una determinada meta (en la mayoría de los casos puertas de iglesias).

martes, 22 de noviembre de 2016

LIBRO CURSO DE PREPARACIÓN FÍSICA EN FÚTBOL

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EL ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA EN FÚTBOL

La clave de la motricidad humana es el movimiento, y para que exista este movimiento es necesario generar una tensión muscular. Por lo tanto podemos entender la fuerza como la única cualidad física básica de la cual se derivan las demás. De esta manera autores como Seirul·lo afirman que “la fuerza es la base de todas las capacidades condicionales” en el prologo del libro “La Pliometría”de Cometti (1998). También Tous (2003) y además nos explica como el estudio básico de las contracciones se puede reducir a tres parámetros:
• Nivel de fuerza aplicado: cuantificación de los Newtons aplicados en una acción determinada.
Sería el parámetro que mayor relación guardaría con lo que tradicionalmente se ha entendido como fuerza.
• Tiempo que tardo en alcanzar distintos niveles de fuerza: concepto relacionado con la potencia, es decir, el estudio de la relación entre la aplicación de fuerza y el tiempo que se tarda en aplicar esta fuerza. Esta sería la forma en que se expresa la velocidad una vez ha comenzado el movimiento.
• Tiempo que el deportista es capaz de mantener un determinado nivel de fuerza: capacidad de mantener una aplicación de fuerza a lo largo del tiempo. Cuando hablamos de mantener niveles de fuerza submáximos durante un tiempo determinado realmente hablamos de lo que tradicionalmente se ha considerado como la resistencia.

FÚTBOL: FICHAS PARA EL CALENTAMIENTO Y LA VUELTA A LA CALMA

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 En el calentamiento podemos realizar ejercicios y actividades para el desarrollo o la mejora de cualidades psicomotrices coordinativas, perceptivas, etc. Con lo que no solamente conseguimos los objetivos del mismo, preparación de los sistemas y aparatos para esfuerzos mayores, evitar lesiones y mejora de la concentración y disposición ante el trabajo, sino que también podemos aprovechar para trabajar estas capacidades.

VÍDEOS CALENTAMIENTO FIFA

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 Calentamiento sería el aumentar la temperatura de un cuerpo mediante la aplicación de calor o como consecuencia de un trabajo mecánico. En parte, esto es lo que se pretende en el calentamiento deportivo mediante las actividades físicas preparatorias. Aunque la diversidad de autores utilizan nomenclaturas dispares, todos coinciden que son aquellos ejercicios o actividades que se realizan antes de todo entrenamiento o competición deportiva, con el fin de poner en marcha todos los órganos y sistemas del organismo del deportista, para poder rendir al máximo y con el menor riesgo posible de lesiones.

lunes, 21 de noviembre de 2016

PSICOLOGÍA: Deporte, padres y entrenadores.

El deporte siempre ha sido considerado un medio para educar en valores que desarrollen a nivel personal y social y que seguro te acompañarán a lo largo de tu vida. Valores que comienzas a adquirir en las edades de iniciación, donde el deporte ante todo es diversión. Los beneficios físicos del deporte los conoces en su mayoría, pero que tomes conciencia de lo que aporta como herramienta educativa y psicológica a tu hijo, es la clave. Cuando tu hijo practica deporte, también se educa en valores.
Todo depende de la orientación que como padre y entrenador quieras dar. Los niños aprenden a socializarse con nuevos compañeros, a ganar y compartir triunfos, a perder y saber tolerar la frustración, a experimentar emociones, a crear lazos de ayuda entre ellos, a fomentar la colaboración, a ser responsable, a controlar la impulsividad en unos casos y a vencer la timidez en otros, a reducir la ansiedad, a respetar las normas, al entrenador, a los compañeros, a los rivales y a los árbitros. El deporte también incrementa su nivel de confianza y autoestima: los niños se sienten partícipes de los éxitos y jugadas de su equipo, son protagonistas junto a los demás. Los niños que asisten a actividades deportivas además aprenden a gestionar y optimizar su tiempo, teniendo que compatibilizar los estudios con el deporte. A nivel cognitivo, se fijan metas, desarrollan habilidades como el pensamiento estratégico y la capacidad de liderar. El deporte en equipo es la mejor escuela para el futuro trabajo en equipo el día que se integren en un grupo de trabajo en la empresa. Habrán desarrollado la pertenencia a un grupo con intereses y objetivos comunes, a cumplir con lo que uno se compromete, a ser perseverante, a tolerar el error propio y de los compañeros. Como padre y como entrenador, procura que tu atención no esté en si tu hijo gana o pierde, si ha salido a jugar más o menos minutos o si tu hijo lo hace mejor que “el otro”.“El otro” también es un niño que acude a los entrenamientos y competiciones
con la misma ilusión que el tuyo. Como padre, tu interés solo debe estar en que tu hijo sea buen compañero, generoso y ante todo, que disfrute.  
Pero muchos padres se ofuscan, gritan, dan directrices desde la banda, hablan mal de los compañeros de sus hijos, menosprecian y desacreditan a los entrenadores y ven en sus hijos la posibilidad de convertirlos en grandes estrellas y cumplir con los sueños que ellos no hicieron realidad. Este problema se repite todos los fines de semana en todas las competiciones y partidillos de los chavales. A veces los padres os olvidáis de que vuestros hijos ya tienen un entrenador. Por eso hay que recordar que no sois los entrenadores de vuestros hijos, que solo sois los padres y que vuestra labor se limita a dar apoyo de forma incondicional.
Los padres no tenéis que conseguir que vuestros hijos rindan más, ni que jueguen con una determinada estrategia, y olvidaros de centraros en los resultados. De esta manera solo conseguís generar presión y que el niño se sienta evaluado por vosotros.
Vuestra función es apoyar y fomentar los valores que el club y entrenadores trabajan con los niños, como el compromiso, la responsabilidad, la autodisciplina, el respeto, la cooperación, la humildad, el afán de superación, la tolerancia a la frustración, el juego limpio, la gestión emocional, honestidad, lealtad… Promover que sea puntual, acudir a los entrenamientos a los que se ha comprometido, recoger el material, ser generoso con los compañeros, fomentar la comunicación y ayudar al entrenador.
Tenéis que motivar y reforzar para que se esfuercen, no para que alcancen resultados. Al finalizar un partido, el niño no tiene que pensar en si lo ha hecho bien o mal, esa no es la finalidad. La finalidad es divertirse, jugar e integrarse en un equipo. Pregúntale
cómo se lo ha pasado, si ha disfrutado, cómo te gusta ver con qué ganas se entrega, transmítele que te encanta verle disfrutar practicando su deporte, que ves que se entrega en lo que hace por él y sus compañeros, que te sientes orgulloso de su esfuerzo, de su
perseverancia, de su respeto a los demás y de su deportividad.
No fomentes actuaciones físicas, técnicas y tácticas deportivas que el entrenador no les exige. El entrenador es el que tiene que corregir, esa su función, pero no es la tuya.
Si tu hijo sabe que vas a valorarle tras el partido, lo pasará mal desde que suena el despertador para asistir al encuentro. Practica su deporte nervioso y pendiente de tus pautas, gritos, gestos y de lo que le dirás después. Así es imposible disfrutar jugando, ¿no crees? No olvides las consecuencias que tiene en la autoestima de tu hijo. No es extraño escuchar a niños que dicen: “el domingo juego pero no hace falta que vengas, papá”.
El problema es que los niños ven que algo que era divertido se convierte en algo por lo que se les juzga y valora. Padres y entrenadores no debéis acelerar el proceso evolutivo del deporte, todo llega, lo importante es crear unas bases sólidas. Buscamos el desarrollo de la persona y luego, el del deportista.
Por todo esto, piensa en ellos y…

Si eres entrenador:

1. Trabaja la cohesión. Los niños se esfuerzan más si se sienten a gusto en el grupo. El deporte es un lugar para disfrutar.
2. Habla siempre en términos de NOSOTROS en lugar de YO. Facilita el sentimiento de pertenencia.
3. Inculca valores como la solidaridad, la benevolencia y el altruismo.
4. Comunícate con paciencia y en un tono conversacional. No tienes más carisma ni más poder por dar gritos.
5. Estate más pendiente de los aciertos que de los errores, porque así les transmites seguridad.
6. Valora el esfuerzo, la intensidad y el trabajo por encima del talento y la genialidad.
7. Define los objetivos en función del rendimiento, de lo que depende del jugador y del equipo, no de los resultados.
8. Refuerza siempre. Siempre hay algo que valorar: ser solidario, el compañerismo, el trabajo, el buen humor, la buena actitud…
9. Huye de las comparaciones entre ellos. Es injusto y genera desconfianza.
10. Trátales en función de lo que te gustaría que te aportaran. Si esperas cosas buenas de los chicos, ellos lo notarán, se esforzarán y se sentirán “buenos”.

Si eres padre de un niño que hace deporte:

1. Recuerda el motivo por el que tu hijo va a jugar y no lo pierdas nunca de vista. Lo hace por diversión, por estar con sus amigos, por pasarlo bien.
2. Tú no eres el entrenador, eres su padre. De ti no necesita que le digas la técnica, ni lo que tiene que hacer, sólo que le apoyes y le preguntes si se lo ha pasado bien.
3. Deja que sea él quien elija si quiere hacer del deporte su modo de vida. Igual prefiere los fines de semana estar con amigos en lugar de ir de competición en competición. Tener talento no te obliga a vivir de él.
4. No le presiones, le des gritos desde la banda, no le digas que lo hace mal, ni que ha jugado fatal. Así le haces sentir ridículo, bajas su autoestima y le quitas las ganas de jugar.
5. No le hables mal nunca de sus compañeros. Ni le digas que lo hacen peor que él. Intenta unir al grupo en lugar de separarlo.
6. No desacredites a su entrenador, ni le transmitas a tu hijo que el entrenador se equivoca. Las desavenencias las tratas con el técnico, no con tu hijo.
7. Anima siempre, independientemente del resultado. Valora su esfuerzo, su ilusión por encima de ganar o perder.

Si los entrenadores y padres tenéis en cuenta estas pautas es más fácil sacar la mejor versión deportiva y como persona de los niños. Podréis vivir con equilibrio el inicio de la vida deportiva, fomentar y facilitar su práctica. Tú eres el modelo de conducta de tu hijo: ante todo, respeto.

Patricia Ramírez 

jueves, 17 de noviembre de 2016

PROGRAMA DE PREPARACIÓN DEL FUTBOLISTA

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 El futbolista de hoy y los del futuro deben responder completamente por igual a todos los aspectos físicos, técnicos y tácticos.

DEJAD QUE LOS NIÑOS Y NIÑAS JUEGUEN

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Ahora mismo, el pelotazo del fútbol ha alcanzado proporciones siderales. Cuando hay tanto dinero rápido por medio, a la vez que la codicia, se mete el susto en el cuerpo. Es tal la racanería de los equipos que, en lugar de echarse hacia delante, juegan con la mirada puesta en el retrovisor. El miedo a perder borra del campo la ilusión de ganar. El deporte más popular del mundo se pone en venta y obtiene una promesa de rendimiento ilimitado a costa de renunciar al fútbol, librándose del buen juego.

"ENSEÑANDO A JUGAR EL FÚTBOL"

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Al respecto, en estas edades, estamos en contra de una especialización tan determinante como la que supone la figura del portero, por lo que otra de las peculiaridades de nuestra propuesta es la de incluir portero “saliente”. Ahora bien, no pretendemos menoscabar la importancia de esta figura tan determinante como especializada. Todo lo contrario; en nuestra propuesta, el portero pasa de protagonizar una reducida actividad técnico-táctica y por lo general de gran dificultad en comparación con el grado de desarrollo motor del prebenjamín, a ser el eje sobre el que gravita todo el juego del equipo.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

La metodología de Paco Seiru-lo. Pasado, presente y…¿futuro?

Preparador físico del FC Barcelona. Para muchos el verdadero padre de la metodología de trabajo del equipo que ha marcado una época en el fútbol. Lo que es ahora es producto de un exhaustivo estudio del ser humano. No sólo del ser deportista, sino de las variables que actúan en la respuesta humana a los estímulos de la práctica deportiva de alta intensidad. Francisco Seiru-lo Vargas (Salamanca, 1945) es el preparador físico del primer equipo del FC Barcelona desde 1994.
Formado desde la educación física al deporte. “El objetivo de la Educación Física es educar y el del deporte ganar. Son objetivos diferentes y el proceso de formación ha de ser diferente” dice Seiru-lo. Una charla muy cercana al concepto que aplica para la adaptación física de uno de los mejores equipos de la historia, arranca lejos de los convencionalismos que también fueron parte de su carrera formativa. Entró al FC Barcelona en 1977 en la sección de atletismo del club. Con el tiempo ha reconocido conflictos entre las formas tradicionales de preparación física y la conciliación de esos conceptos con la preparación en los deportes colectivos. Centrarse en el conocimiento del deportista y su interrelación con el deporte que practica y con los espacios de su deporte. Una manera diferente de entender la preparación física. 

P. Entiendo que para usted la preparación física, como tal, no existe. 

R. Está claro que las tradiciones, o las formas de entender la condición física han ido cambiando mucho con el tiempo. Yo no entiendo una preparación física aislada de lo que es el elemento del fútbol. Todo lo que se haga en la cancha, entendido como preparación física, tiene que ir ligado con el fútbol y con los intereses tácticos, cognitivos. La preparación física tradicional aumenta la condición física con cuestas, con pesos, con sprints, carreras en la playa, en el bosque. Para mí, esa preparación física para el fútbol no vale, no existe. La condición física tiene que estar integrada en el entrenamiento total del fútbol. Hablando en términos tradicionales: la técnica, la táctica, la preparación física, la psicológica todo tiene que ser uno. No puede ir la preparación física por un lado que no tenga nada que ver con los gestos del fútbol, los espacios del fútbol, con las relaciones interpersonales del fútbol. 

P. ¿Cuándo cambió esto en usted? 

R. De niño jugué al fútbol hasta que me pusieron gafas y ya con gafas no podía jugar. Por eso cambie al atletismo. Tengo una formación básica del atletismo. Durante el tiempo en el que estuve en mi formación como licenciado de educación física me valió para entender los conceptos fundamentales del entrenamiento humano, del entrenamiento deportivo. Es hacer a un sujeto, capaz de soportar un esfuerzo. Vi que el atletismo y todo lo que concebía, la velocidad, la fuerza, la resistencia, tenían pruebas específicas para medir esas velocidades, o esa fuerza o esa resistencia. Me extrañó mucho al pasar al ámbito de la práctica de los deportes de equipo, ver que en esos deportes se hacían las mismas cosas que en el atletismo. Salidas desde abajo, ‘en sus marcas, listos’ y corrían cinco o seis, sprints de 25 metros. Nunca he visto en deportes de equipo a un jugador detenido, esperando un estímulo acústico para correr a velocidad en una línea sin que nadie le moleste. 

P. Estos modelos tradicionales deben encontrar un agente de cambio que los modifica. ¿Cuál fue ese agente de cambio en sus métodos? 

R. Estudiando ciertos modelos de conocimiento complejo vi que el soporte de la condición física tradicional no llegaba a donde llega la ciencia de la complejidad. Entendí que estudiando la complejidad podía cambiar el soporte de las actividades que necesitaban los deportes de equipo. A partir de ese momento cambié. Hasta los 25-28 años estuve preparando “atléticamente” a los deportes de equipo. Entendiendo al ser humano como un ser complejo, una estructura hipercompleja, te permite construir las tareas en otra dimensión y hacer otra preparación física más específica a los deportes de equipo. 

P. Entendiendo que el trabajo en los deportes de equipo entonces tiene particularidades concernientes a cada deporte ¿hay similitudes en el trabajo? 

R. Muy pocas cosas comunes. Se tiene que hacer una condición física específica para cada deporte de equipo. Para el básquet por ejemplo, maneja un objeto con las manos, el desplazamiento se hace con las piernas y la capacidad de relación interpersonal se hace con el balón que se agarra con la mano. Eso hace que la motricidad pueda ser muy distinta. Puedes estar más tiempo en el aire por ejemplo. Puedes diferenciar las acciones de desplazamiento de las acciones con las manos. El voleibol se parece en el algo al básquet pero más al fútbol, donde tienes posesión del balón siempre lo estas impactando. Pero en el fútbol se conduce el balón y uno se desplaza con los mismos segmentos, los brazos solo se utilizan para equilibrarte y protegerte del contrario o identificar los espacios que puedes ocupar con tu cuerpo, anticipándote al adversario. Tener que realizar la tarea de desplazamiento asociada al control del balón hace que el fútbol sea de los deportes que exige más a la motricidad humana.

P. ¿Qué lo lleva a ver al fútbol como un deporte colectivo tan distinto?

R. Para golpear el balón en una determinada dimensión, tengo que organizar todo el cuerpo en esa determinada dimensión. Para diferenciar la superficie de golpeo del pie, tengo que reorganizar mi cuerpo otra vez en la dimensión que yo quiero golpear el balón. En los deportes que se juegan con los pies y con las manos esto es totalmente distinto. Yo puedo estar desplazándome hacia la derecha y organizarme en otra dimensión que no es la de mi desplazamiento. En el fútbol esto no es posible, esto complica las relaciones que yo puedo establecer en el espacio. Los grandes jugadores de fútbol antes de desplazarse, deben identificar para qué se van a desplazar. Mientras que los jugadores de otros deportes en los que se desplazan con los pies, pero trabajan con las manos pueden ocultar hasta el último momento esta posibilidad de interacción con el oponente. En el fútbol, si estoy corriendo hacia un sentido, las piernas que son los ejecutores del gesto, están orientadas hacia esa dimensión.
Debo estar continuamente recomponiendo mi actitud corporal para orientarme en la dimensión más eficiente para relacionarme con mis compañeros. Si juego cerca de la banda, hay un gran espacio de mi posibilidad de adaptación que está cerrada y tengo que orientarme en la dirección en la que observo más terreno de juego, estoy coartando mi motricidad y necesito tener recursos superiores en ese espacio y en ese tiempo que en los otros deportes en los que puedo estar en esa dimensión de la banda y tener todo el espacio ocupado para relacionarme con las manos. Todo esto hace que el fútbol sea claramente diferenciado porque lo cognitivo y lo motriz y lo condicional está muy relacionado con el gesto especifico del fútbol.

P. Otra de las singularidades del fútbol es la posesión o no de la pelota. Un concepto popular lleva a creer que los equipos defienden bien o atacan bien. ¿Se puede defender y atacar en el fútbol? ¿Es una cuestión de posesión?

R. Es tener o no tener la pelota. El fútbol se juega con un balón y si tienes el balón puedes atacar o defender, mantenerlo de alguna manera. El proceso de identificar las partes de defender y atacar es muy complicado. El juego se hace a través del balón. Puedes estar
jugando solo cuando lo tienes. Eso es lo que hacen los niños. Siempre pongo este ejemplo. El balón era mío pero mi hermano iba a buscarme para quitármelo. Lo hacían, y tenía que gritar porque no me lo devolvían. Si yo quiero jugar debo tener el balón. ¿Cómo lo tengo? Yo paso el balón a mi compañero, pero ninguno de los dos lo tiene. En el balonmano se tiene. Pero en el fútbol se conduce el balón, no se tiene aprehendido. Cuando hacemos juegos de posesiones, entendemos que cuando el mismo equipo ha dado tres toques entonces sí tenemos un tiempo de posesión. Si al segundo toque se pierde entonces nunca se tuvo. En el momento que nosotros tenemos el balón, podemos decidir si mantenemos el balón sin riesgo de pérdida, entonces nos defendemos. Si jugamos el balón con más riesgo de perderlo, entonces estamos atacando. Pero la identificación de defender y atacar no se refiere al hecho en sí, sino a la intencionalidad de cada jugador al pasar el balón al compañero. En la dimensión relacional, socio-afectiva. La intencionalidad de la comunicación interpersonal o intergrupal.

P. En el marco de juego de posesión ¿es tan importante la recuperación como la tenencia?

R. Es que si no lo recuperamos no lo tenemos. Muchas veces en el fútbol se dice “ahora vamos a recuperar la pelota”. El concepto que tiene cada jugador es que “la pelota es mía y de mi equipo y la queremos para poder jugar”. Si no tenemos la pelota estamos corriendo y no nos gusta correr. Nos gusta jugar al fútbol, pasarnos la pelota. Esa energía interna que te da esa intención es la que te hace estar continuamente, cuando pierdes el balón, con ganas de ir a buscarlo estés donde estés. La función del entrenador es organizar esa forma de recuperación del balón lo antes posible. En el momento que perdemos, cómo nos organizamos para tener el balón inmediatamente. Si somos capaces de inculcar a nuestros jugadores que el balón es lo que nos hace fuertes, tenemos un paso muy grande dado.

P. En esa organización con la intención de poseer la pelota también está el paso posterior a la pérdida de la pelota. ¿Se prepara colectivamente el equipo para estar posicionado de manera que con la tenencia de la pelota se está mejor para recuperarla?

R. Claro. Para relacionarnos a través del balón necesitamos tener una determinada organización espacio-temporal. Hay espacios de superioridades que se refieren a distintos aspectos del juego. Cuando hay mayor cantidad de jugadores en una zona, tenemos superioridad numérica. Pero a veces teniendo inferioridad numérica estamos mejor posicionados o si estamos relacionados los que nos identificamos más los que nos pasamos más la pelota, tenemos superioridad socio-afectiva. Si hay tres jugadores que tienen una gran vocación “de ataque”, capaces de diseñar espacios para llegar a la portería pues tenemos una superioridad técnica. Emotivo-evolutiva. Todos estos tipos de superioridades te ayudan a que cuando pierdes el balón, cualquier superioridad que tengas la utilices. Si es numérica, acercándose al que está más cerca, los otros tapando a los posibles receptores del balón del contrario. Si es posicional, estamos coartando la posibilidad que ese sujeto que nos ha robado el balón pueda relacionarse. Si es emotivo-volitiva, tenemos un espacio inmediato de cooperación que como los lobos de la manada, cada uno hace una función para atacar a la presa. Esa situación nos permite interpretar que cuando perdemos el balón utilicemos la superioridad que en ese momento beneficie al equipo.

P. ¿Cómo se disponen esas superioridades?

R. Por la organización del espacio que tuvimos antes de perder el balón. Por eso mucha veces el que dice que hay que hacer muchos pases para llegar al arco se equivoca. Hay que hacer los pases suficientes para organizarnos en el espacio y en el tiempo, en la dimensión que nosotros estimamos en cada momento que puede ser más eficiente para hacer esas dos cosas. O para mantener el balón sin riesgo de perderlo o el espacio adonde vamos a arriesgar perderlo, nos organizamos con la intencionalidad de que podemos perder el balón y pasar al contrario.
Buscamos la superioridad sea numérica, posicional, cognitiva, socio-afectiva para actuar sobre la dimensión de recuperar el balón.

P. Para esa interpretación conceptual se exige mucho al físico y a la voluntad. Ante esto ¿cómo se prepara un jugador para soportar una temporada de 60 partidos a ese ritmo?

R. El proceso del que te hablo, de entender así el fútbol, no se hace en una temporada. Es una filosofía de entender el juego, un poco la filosofía del Barcelona. La identidad de un equipo es concretamente definida por el tipo de jugadores que tiene y la filosofía que conlleva el entorno en el que están esos jugadores. Si en la dimensión del entrenamiento se fomentara algo que no fuera estrictamente eso, se complica. Si nosotros tenemos una condición física ajustada a lo que necesita ese jugador, se puede mantener toda la temporada. La cualidad, en términos tradicionales, predominante para eso es la resistencia a la fuerza y la velocidad. Ese tipo de cualidad se recupera muy rápido y se puede estar entrenando prácticamente todo el año.
Mientras si hiciéramos el ciclo de entrenamiento “tradicional, resistente” tendríamos muchos problemas para mantenerlo toda la temporada. La carga de competición es muy alta, tres partidos por semana y si además tuviéramos que entrenar resistencia estaríamos haciendo más lentas las formas de desplazamiento que necesita el jugador en este tipo de juego.
Nosotros siempre tenemos la tendencia a trabajar en entrenamiento poco tiempo, pero siempre a muy alta velocidad. Esos elementos a muy alta velocidad se optimizan siempre con muy pocas repeticiones y más tiempo de pausa. Con situaciones de juego reales en espacio reducido. Todo esto te da posibilidades de estar prácticamente toda la temporada en buen estado de forma.

P. La tradición habla de pretemporadas como si fueran estaciones de servicio para llenar el tanque en espera que este dure toda la temporada. Entendiendo el concepto de lo que es el acondicionamiento físico, ¿las pretemporadas convencionales desaparecen?

R. Otro de los conceptos que entendemos que son fundamentales para el fútbol es la optimización del jugador. No la organización de tiempo de entrenamiento en función del momento de la temporada en la que está. Esto supone que en las etapas formativas del jugador posiblemente los 12, 16, 18 años tengamos que respetar mas los conceptos tradicionales de pretemporada, temporada y tiempo de descanso o transición. 
Pero en los que llevan seis o siete años entrenando así, su organización metabólica, adaptativa a ese tipo de forma de práctica se hace ya tan continua que para subir una cualidad en esa organización se hace muy complicado. Si tu quieres en la pretemporada cargar el tanque de resistencia, tienes que hacer grandes volúmenes de resistencia entonces no puedes entrenar los elementos del juego, porque se hace lento el juego y las relaciones interpersonales. Cuando quieres volver a recuperar todo eso posiblemente la resistencia que has optimizado ha perdido su beneficio.
Cuando ya estás en la alta competición la pretemporada no tiene sentido.

P. ¿Cómo organiza una pretemporada dentro de este concepto?

R. Nosotros viajamos a EEUU y lo hacemos tras una semana de entrenamiento sin competencia. Cinco días y al sexto día ya competimos. Tenemos que centrarnos en que el jugador esté dispuesto en cada momento a jugar un partido. Si puede ser cada tres días, pues cada tres días. Nosotros hemos estado casi cuatro años haciendo más del 80% de semanas jugando dos partidos semanales al estar en tres competiciones. Es imposible pensar que
trabajando mes y medio de pretemporada te va a servir nueve meses más tarde. Es una ilusión, una cosa imposible. Tienes que estar haciendo microciclos estructurados, microentrenamientos, que nos sirven para diseñar las cargas inmediatas a los partidos y centradas en el individuo que pueda estar siempre en condiciones de poder competir y no tener una condición de entrenamiento muy alejada de poder competir al alto nivel.

P. ¿Se termina con este concepto, el desarrollo de atletas para jugar al fútbol?

R. Antes se hablaba que primero hay que hacer atletas y después futbolistas. He estado mucho tiempo entrenando atletas, velocistas, lanzadores. Si haces un atleta verdaderamente será un atleta. 
El niño desde que tiene 6 años tiene que ser futbolista y tiene que aprender la motricidad específica del fútbol, las condiciones espacio-temporales del fútbol, las relaciones interpersonales, la emoción del juego del fútbol, las tradiciones y la sabiduría del juego del fútbol. Hacer primero un atleta y luego cambiarlo a futbolista es muy difícil. No llegará a sentirlo tan suyo como en el caso primero. Desde el principio debe ser jugador de fútbol.
Entrevista por Fernando Palomo.

PROGRAMACIÓN ANUAL DE UN EQUIPO PREBENJAMIN

DESCARGAR La metodología orientada en este caso específico al entrenamiento del futbol de niños de 6-7 años la podríamos definir como la ciencia que estudia el método más adecuado con el fin de preparar a los niños para mejorar sus habilidades deportivas y su disfrute con el juego. El método va a representar el camino que utilizamos para lograr que nuestros jugadores se desenvuelvan de la mejor forma posible en la competición. El objetivo final de todo método de entrenamiento debe ir orientado a que los jugadores desarrollen al máximo nivel y de forma interrelacionada las capacidades físicas, técnicas, tácticas y psicológicas que el juego del fútbol requiere.

PROGRAMACIÓN ANUAL DE UN EQUIPO BENJAMIN

DESCARGAR Mejora de la toma de decisión defensiva colectiva contra el poseedor del balón básica: Basculación y cobertura del compañero que enfrenta al poseedor del balón, Permuta en caso de ser rebasado, vigilancias de espacios.

PROGRAMACIÓN ANUAL EQUIPO ALEVIN

DESCARGAR Mejora de la toma de decisión ofensiva individual sin balón básica: Moverse para abrir línea de pase al alcance del poseedor del balón (Apoyo o desmarques), estirar el espacio de juego o mantener el equilibrio. -Mejora de la toma de decisión defensiva individual contra el poseedor del balón básico: Retardar la progresión del atacante con balón o quitar el balón.

PROGRAMACIÓN ANUAL EQUIPO INFANTIL

DESCARGAR Mejora de la psicomotricidad y de las capacidades coordinativas especificas: Dinámico especial, oculo-pedica, óculo –mano y espacio temporal.

La misión del entrenador-educador

Ganas de transmitir, ganas de compartir, ganas de dar, ganas de ocuparse de los demás. Esa es la misión del entrenador-educador: una vocación. La función pedagógica del entrenador-educador es crucial: transmitir conocimientos y valores. Para ello, es necesario conocer al niño, sus características y tener en cuenta su edad y sus capacidades. En definitiva, practicar una pedagogía basada en el apoyo y los logros. El juego constituye la principal actividad del niño. Jugar representa una necesidad esencial, vital e innata en todos los chicos. Por tanto, el despertar y la iniciación del jugador de fútbol mediante el juego son los principales objetivos del fútbol base. El fútbol con pocos jugadores, en espacios reducidos, responde a estas dos preocupaciones. En espacios reducidos, mejor adaptados a sus capacidades fisiológicas, el aprendiz de futbolista tocará el balón más a menudo y, de esta forma, aprenderá a dominarlo y controlarlo mejor. Aprender jugando, esa es la misión confiada a los educadores de fútbol. Jugando, el niño aprende mientras disfruta. Por tanto, el juego supone un medio extraordinario de desarrollo psicomotor que permite al niño superar sus temores, liberarse, tomar iniciativas, asumir riesgos e inventar. Se trata, sencillamente, de divertirse juntos jugando al fútbol y de compartir este momento.

PROGRAMACIÓN ANUAL DE UN EQUIPO CADETE

DESCARGAR Teniendo presente las características de los jóvenes jugadores vamos a desarrollar una programación específica adaptada a la realidad de esta etapa en la evolución de los niños.