Básicamente existen dos clases de porteros: el atajador y el moderno portero líbero. El atajador es aquel que parece tener como misión principal cuidar que no caiga el palo horizontal. Se coloca a un máximo de tres pasos de la línea de gol. Es aquel que no sale en los centros, no se adelanta cuando el balón está del otro lado del campo y le incomoda servir de apoyo a sus defensas y jugar con los pies. A pesar de lo increíble que parezca continúan habiendo de ellos (probablemente por su impresionante físico). Sus principales virtudes son la colocación y saber aguantar o no vencerse.; aunque muchas veces se ve sorprendido y se queda como una estatua sin poder hacer nada.
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